Los hinduistas son los únicos que han puesto nombre
a episodios que acontecen cíclicamente en el Universo y que han podido ser
constatados en la medida de lo posible, por la propia humanidad, y que también
otras religiones o corrientes filosóficas han sostenido, como es el budismo y
concretamente la corriente del budismo tibetano.
La palabra Dharma es de origen
sánscrito y se puede traducir de varias formas siendo una de ellas “Protección”.
En el hinduismo Dharma tiene una connotación de ley universal de la naturaleza,
que existe en todo individuo y por tanto en el mismo Universo, manifestándose
periódicamente, por ello su símbolo es una rueda. Desde nuestra Escuela,
podemos decir que para nosotras Dharma es el poder vivir todo aquello que
durante un ciclo de vida de causa-efecto, hemos creado, desde otras dimensiones
y que ofrecían el equilibrio perfecto para ese presente. Es decir, durante todo
un ciclo kármico, se produce lo que denominamos acción-reacción, en un proceso
de movimiento continuo de causa-efecto.
El siguiente proceso consiste en la disolución o muerte del
proceso anterior y se entra en el “no movimiento” o pausa. Mientras hemos
estado viviendo y experimentando la evolución tanto individual como colectiva a
través de la ley de causa-efecto o kármica, hemos generado
inconscientemente, lo que hemos llamado
“sueños” o realidades paralelas tanto personales como colectivas y que en el
momento de ser creadas tenían una función de equilibrio de la realidad vivida.
Para que se entienda mejor pondremos este ejemplo: Una
mujer vive en un estado de pobreza y precariedad material extrema, en un
humilde choza y en lucha con la vida para sobrevivir, esta mujer dotada de una
gran conciencia, imagina y vive oníricamente una vida creada por ella misma,
donde crea una hermosa casa llena de obras de arte y belleza. Mientras sueña,
mitiga el dolor de la realidad que está experimentando y sus propios sueños
equilibran su sufrimiento, aún sabiendo que solo son sueños.
Toda esta energía creadora y sus resultados son
custodiados por el Reino Elemental, que es quien guarda nuestra sueños, para
que cuando ya hayamos alcanzado la meta de evolución y decidamos salir de la
rueda kármica, podamos experimentar todo aquello que generamos tanto para
nosotros como individuos, cómo para el colectivo y que la Ley del Universo nos
retorna haciendo que todo lo creado vuelva a su creador o creadores para el
mejor bien de todo lo que existe. Es decir, viviremos los sueños que hemos
creado y que darán un merecido descanso y pausa al Ser en el periodo que se
avecina.
Dentro de nuestra historia sabemos que Ávalon es un
lugar mítico extraído de los sueños creados por el inconsciente colectivo, en
un momento de caos absoluto para la humanidad. Este sueño está creado en un
lugar dimensional que es alcanzable por todo aquel que vibre en igual sintonía
y que supone un logro evolutivo para toda la humanidad. Hoy en día hay muchas
personas que estamos dando con este Universo paralelo dhármico, donde la magia,
la libertad y la equidad son las formas de vida existentes.
Ahora es cuando TÚ ELIGES. ¿Nos acompañas…?
Karme Millán
Pequeño extracto del dossier de la
4ª Etapa del Camino del Ego al Logos
de la Escuela Cosmosóphica de Temple Inanna