Ilustración de Adrià Voltà de Thassel Art
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Un hermoso cerezo en flor,
vibraba en el mismo centro de la galaxia, en ese hogar solar llamado Alcione,
allí donde tiene principio y final todo Espíritu Creador que en su propia
voluntad de engendrar vida, toma posesión de su corazón, desde donde emergen
los sentimientos que serán la musa para la forma, allí donde se fragua cada
ápice de vida que no ha sido anunciada.
El cerezo, expande su fuego
hacia esas aguas plateadas y desde allí, siempre a lo lejos para que la aguas
no sean alteradas, concibe un sentimiento, un vibrar primero y último, ese es
su sueño, su motivo, su prestigio, su sentido para restar dormido y en un
último silencio, hasta que sea un sonido el que la conduzca en su barca arcana
hasta las aguas plateadas.
Mírala, allí viene, sosteniendo
firme su vara mágica. Surca ella, la gran dama, las mágicas aguas plateadas, se
dirige en un sueño sin memoria, en un impulso sin pena y sin gloria, en una
inercia ciega que la lleva sin saber que está avanzando, sin conocer que se
dirige a lugar alguno, sin idea de que la fuerza de las aguas plateadas la
llevan a un propósito.
Es ella, es la que solamente en
silencio, en sueños y a ciegas, se entrega, sin motivo, sin nada más que por
que así su oscuridad lo predice. Su barca se desliza entre la bruma y conforme
avanza, se puede palpar como la densidad del lugar, se esfuma. Todos la pueden
ver llegar, todos la sienten, todos saben que cuando la gran dama aparece,
aquello que no la dejaba libre está muerto y por ello, su Espíritu es libre de
cualquier oprobio, libre para mostrarse tal cual es, una fuerza real y fiel a
la realidad de sus sentimientos.
Todo es puro silencio, no hay
más, no existe nada que no le permita avanzar hacia su hogar…
Observa, mírala… cerciórate de
cómo su barca fluye en las plateadas aguas, como la bruma se expande y como su
vara apunta hacia la magia. En la orilla pueden verse a todos los que la esperamos,
aquí nos encontramos, recibiéndola, sintiéndola, abrazándola, unidos y comunicados
con esa libertad que hemos elegido desde nuestros propios corazones.
De repente, un rugido… saltamos
de júbilo, es la Esfinge quien con su arcana voz nos dice, que ahora puede
penetrar el UNO.