En este
punto damos con algo digno de dedicar todo un capítulo, ya que se trata de una
de las fuerzas arquetípicas que en nuestra actualidad más poder está recuperando.
Gracias a la existencia en el inconsciente colectivo de Lilith, el género
femenino hoy puede continuar viviendo en este “inhóspito” planeta, sin sentirse
esclava del sistema patriarcal que se ha establecido y que hemos contribuido en
su creación todos.
Hoy,
cuando este sistema patriarcal comienza a desmoronarse para desvelar las
lesiones y limitaciones que ha infringido a la humanidad, Lilith levanta la
cabeza y sabe que es su momento, el momento de presentarse victoriosa con la
cabeza alta, las manos limpias y los ojos enamorados de la vida, sabiendo que
todo el dolor sufrido y toda lamentación expresada es fruto de un camino de
aprendizaje que cada individuo a su ritmo y a su modo está restableciendo y
aprendiendo a amar.
La Luna
Negra, nos muestra donde tenemos ese poder que ha permanecido a veces oculto y
escondido y otras inmaduro como para haberse expresado de forma manipuladora.
Este
presente nos invita a conocer mejor a nuestro aspecto Lilith y a madurarlo para
sacarlo a la luz, sin sentirnos menos amadas, ni irreverentes, ni pecadoras, ni
nada semejante. Lilith es hoy un exponente del empoderamiento femenino, quien
camina de forma autosuficiente y consciente del grupo y del poder de la unidad,
quien toma decisiones sin que nadie le tenga que decir qué es lo que más le
conviene, es también quién decide sobre su rol femenino, si desea o no ser
madre, si se compromete con una pareja o prefiere caminar sola y experimentar con
todas las relaciones que le apetezca de forma libre, madura y consciente, sin por
ello creerse puta, loca o rebelde.
Lilith es
la mujer que se aprecia como mujer y que se sabe tan poderosa como él, caminando
a la par, sin colocarse jamás detrás u ocultándose para no hacerle sombra, tampoco
compite con el hombre y le quiere adelantar, se reconoce como igual, simplemente
con distinta sexualidad.
Vive su
feminidad tal cual es, sin reglas impuestas, sin directrices ni dogmas. Si es bruja,
lo muestra sin tapujos, ya no tiene miedo a ser quemada en ninguna hoguera, ni juzgada
por los patriarcas que dicen hablar en nombre de dios padre todopoderoso creador
del cielo y de la tierra, porque ellas conocen el poder divino de la madre tierra
y naturaleza y saben que dios es mucho más que padre, pues también es madre y es
hijo, y lo es todo.
A Lilith
ahora nadie puede manipularla con falsas historias bíblicas ni leyendas en las que
las mujeres para ser felices tienen que ser princesas y esperar a que un príncipe
poderoso de materia las ame y las haga felices, ellas saben ser felices por sí mismas
y saben elegir como vestirse, pues pueden ponerse vestidos monacales, ostentosos,
de diseño, o pueden ir desnudas, o tapadas con harapos, con abalorios étnicos que
les recuerdan su paso ancestral por este planeta y sus culturas, sin dejar nunca
de ser ellas mismas.
Lilith ama
su cuerpo, lo bendice y lo venera, tenga las medidas que tenga, nada externo la
fija en estereotipos ni le dice lo que es o deja de ser la belleza. Ella ya se sabe
bella por el simple hecho de ser mujer. Ha aprendido a comunicarse con su útero,
lo reconoce como fuente de toda creación, lo sana y al mismo tiempo ayuda a sanarlo
a sus compañeras de viaje, pues entre ellas no hay distinciones, ni razas, ni creencias
que creen ni muros ni barreras, Lilith sabe que la experiencia de todas es la riqueza
del planeta y que su unión, su fortaleza.
Cuando Lilith
pare un hijo sabe que no le pertenece, que ella únicamente ha prestado su poder
de gestación para que ese Espíritu encarne y lo hace por amor, por verdadero amor,
sin pertenencia ni posesión. Para ella los hijos que parió y los hijos que parieron
sus compañeras, son lo mismo, quiere lo mejor para todos sin distinción. Lilith
ama sin más, per sé porque ha sido la propia vida su mejor maestra y para Lilith
la experiencia es una joya indestructible que ha convertido en su combustible. El
pasado para Lilith es el poder de la vida encarnada en el presente con la sabiduría
para crear un futuro diferente, donde ningún dolor vivido tenga que repetirse y
sobre todo sabiendo que en el presente ya lo tiene todo. No pide, no reclama, no
le falta nada, sólo sonríe, ama y agradece.
Joanna Escuder
5 de Febrero de 2017